Las campanas de la iglesia de Granadilla, que está justo detrás, son las que marcan el ritmo en Senderos de Abona, un hotelito amarillo chillón con geranios en las ventanas que se levanta rotundo en el casco histórico del pueblo, en el sur de Tenerife. Tradicional y señorial a la vez, tiene pequeños escondites repartidos entre la terraza y el patio, donde lo mejor es cerrar los ojos y calentarse al sol. Este no es lugar para prisas y sí para relajarse, comer bien y dar pateos.